La Geobiología, como su nombre lo indica, es el Logos del Griego = Ciencia, que estudia el efecto que cada zona de la Tierra ejerce sobre los seres que la habitan. No pertenece a ninguna rama de la ciencia estrictamente académica, aunque sí toma conceptos de la geología y biología. De hecho, los primeros investigadores procedían del área académica (Havilland, Freiherr Van Pohl, Hager, Ernst Hartmann, entre otros).
A principios del siglo XX comenzaron a redescubrir la relación entre la estancia en lugares geofísicamente alterados y distintos trastornos y enfermedades, notando la influencia del magnetismo de la Tierra y su afectación a nuestra biología, por lo tanto, se llegó a la conclusión que hay lugares mejores y peores a la hora de ubicarnos para hacer nuestras actividades en un sitio. Los lugares mas desfavorables se denominan zonas geopatógenas y son afectados por emanaciones naturales del terreno.
Detectar estos lugares llevo a la búsqueda de métodos de biosensibilidad usados desde el inicio de los tiempos en la búsqueda de agua y metales por todas las culturas del mundo, empleando varillas o péndulos y operados por los llamados zahoríes, hoy radiestesistas.
Los factores naturales abordados desde la Geobiología, que complementan estudios con aparatología moderna de la disciplina de la Salud Geoambiental, son:
· Alteraciones geofísicas: fallas geológicas y fracturas del terreno, áreas de contacto entre diferentes tipos de materiales, corrientes de agua subterránea y otros elementos del subsuelo que pueden provocar tanto alteraciones electromagnéticas locales en la vertical de dichos fenómenos, como cambios en los niveles de radiación ambiental.
· Redes geomagnéticas naturales: Líneas Hartmann, son líneas de fuerza (campos) que conforman una malla orientada norte-sur con celdas de 2 por 2,5 metros aproximadamente. Líneas Curry, sus líneas de fuerza están orientadas noreste-sureste y sureste-noroeste, aproximadamente cada 6 u 8 metros.
Este conjunto de factores geofísicos puede desencadenar fuertes radiaciones del tipo gamma e incluso gases radiactivos con efectos ionizantes en la atmósfera de la superficie influyendo en el campo magnético de nuestro entorno, provocando variaciones de distinta magnitud.
Dado que nuestros órganos vitales funcionan mediante mecanismos electromagnéticos, las variaciones provocadas a este nivel por el entorno cotidiano nos afectan interfiriendo nuestros ritmos vitales y pueden debilitar nuestra salud, abriendo la puerta a la enfermedad.
En resumen, la geobiología nos invita a vivir saludables y en armonía con nuestro hábitat.